Agni Films ha comenzado a trabajar con el proyecto para final de semestre, próximamente comenzará la filmación del cortometraje escrito y dirigido por su servidor, como lo mencioné en algún blog anterior, la cosa será casera y se evaluará el concepto, y la aplicación de lo aprendido en el curso de la asignatura mencionada anteriormente en el mismo escrito pasado.
Sinopsis:
Un aspirante a músico que se convierte en prófugo de la justicia debido a un acto desesperado. Dos agentes que buscan las pruebas necesarias para encarcelar a un narcotraficante chino.Dos trabajadores del narcotraficante que deben de recuperar un carro robado.
Tres historias que se entrelazan causando conclusiones ilógicas y estúpidas que llevan a que los medios de comunicación y la policía encuentren una exorbitante cantidad de dinero en la residencia del narcotraficante
Ligeramente basado en un caso real, el relato es una sátira de cómo se maneja la política de nuestro país, pues al final la ridícula ficción no está tan alejada de la absurda realidad mexicana.
Próximamente daré a conocer más detalles de la filmación y del “estreno mundial” jajaja.
El viaje hacia la ciudad de Pelotilléhue ha sido largo y cansado; la brisa veraniega recorre mi cuerpo, me encuentro sentado en la mesa de un establecimiento, la bebida “Tome Pin y haga Pun” que está en mis manos, está próxima a terminarse; el momento en el cual me encuentre con mi invitado se acerca cada vez más; la cita originalmente estaba planeada en el bar “El Tufo”, pero unas horas antes, se cambió de localidad hacia el restaurante “El Pollo Farsante”.
El tiempo pasa más rápido que lo habitual mientras uno lee el periódico “El Hocicón” (un diario pobre pero honrado), haciendo válida la teoría de la relatividad del tiempo postulada por Albert Einstein, ya han pasado casi 20 minutos y nuestro invitado no llega.
De repente, lo veo entrar al local; está enfrente de mí, muchos años de espera se reducen a este pequeño momento, toda mi infancia y parte de mi juventud se ve reflejada en mis ojos; su camisa roja se muestra en mi presencia, sus enormes pies cubiertos con los tradicionales huaraches son aún más impactantes en persona, su pantalón negro se puede apreciar más gastado que en la tira cómica, pero sobre todo esto, se aprecia su humildad, su astucia y su enorme sonrisa que siempre lo caracterizó. Estoy frente a frente con el personaje creado por René Ríos, “Condorito”, el pajarraco humanoide toma una silla y comenzamos a conversar.
Beto: Buenas tardes, ante la falta de puntualidad de su parte, siento la necesidad de decirle: ¡Exijo una explicación! (risas)
Condorito: (risas) Perdón mi estimado amigo, pero siendo tú un ferviente lector de mis aventuras, comprenderás que Pelotilléhue es una ciudad donde no se sabe qué puede pasar que te desviará del transcurso hacia donde te diriges.
Beto: Comprendo la situación mi plumífero amigo, ¿podría ser tan amable de comentarme qué le sucedió?
Condorito: Claro, pues verás, ¿puedo hablarte de tú?
Beto: Sería un honor para mí; una persona alguna vez me mencionó que se le habla de usted a las personas que se respeta, pero se le habla de tú a las personas a las que quieres, y créame que gran parte de mí, lo quiere en demasía.
Condorito: Muchas gracias por el comentario, creo que ese es el tipo de reacción que mi creador quiso que generaran mis historias cuando las creó, pero bueno, te decía, me dirigía hacia nuestra cita, cuando de repente me encontré con que mi sobrino Coné tenía una riña en la calle con su amigo Genito.
Beto: ¿El sobrino de Ungenio?
Condorito: ¿Acaso existe otro? (risas), te decía, tuve que separarlos, aunque se pudieron medio rejegos los chamacos, me recordó cuando mi estatua en una bahía de Chile fue agredida por personas aburridas de su propia vida y tuvieron que retirarla.
Beto: Si, recuerdo ese hecho, ¿pero colocaron una nueva, no es así?
Condorito: Exacto, pero esta vez ubicada en el centro de la ciudad de Santiago, en el llamado “Paseo de las Historietas”.
Beto: Algún día iré a visitarla.
Condorito: Y harás bien, ¡no hay visitante que no quiera tomarse una foto con mi estatua!
Beto: Pero bueno, en este momento yo me podría retratar contigo.
Condorito: En eso tienes razón, pero esa imagen sólo quedaría en tu mente y en tu corazón, en cambio, el retrato con la estatua podría quedar en la sala de tu casa o en tu celular, ¡o qué se yo!, a lo mejor en el Myspace (risas).
Beto: Por cierto, ¿qué opina condorito acerca de medios como el Mypace, Facebook o demás sitios de redes sociales?, parece que ya todo mundo tiene un perfil en estos rubros, ¿existe alguno de usted?
Condorito: No le he entrado a esa onda, pues aquí en Pelotilléhue el servicio de internet no es muy solicitado aún, aquí se prefiere lo tradicional, por lo mismo la edición de mi revista es de esa manera.
Beto: Claro, de una manera muy rústica, en parte ahí radica el encanto de las ediciones de Condorito.
Condorito: ¡Es que los clásicos nunca pasan de moda!
Beto: Tú lo has dicho mi amigo; hablando de clásicos, déjame felicitarte por tus ediciones de “Condorito Clásico”, cada vez que las leo me causan mucha gracia, es reencontrarme con algo que me recuerda las partes agradables de la vida.
Condorito: En efecto, son ediciones que recopilan los chistes más trascendentes de la historia de mis ediciones, también existe el “Condorito de Oro”, pero eso tú debes de saberlo ya.
Beto: Por supuesto, ¡esas famosas publicaciones que contienen hasta el triple de páginas de una edición normal son fabulosas!
La plática siguió su curso, las diversas temáticas de conversación cada vez fueron más interesantes; momentos antes de despedirnos, nuestro querido entrevistado terminó la comida como sólo él puede hacerlo.
Condorito: Mira amigo, cuando el mesero venga a cobrarnos, no quiero que comencemos con esa escenita que tan mal me cae de: “pago yo, no, mejor pago yo”, así que quitémonos de problemas, ¡pagas tú y asunto arreglado!
Mi asiento se fue hacia atrás, mis pies quedaron donde mi cabeza se encontraba y apareció la onomatopeya “Plop”.