6 jul 2011

Feliz Aniversario :)

Recuerdo que me desperté y me fui a la casa de mis tíos, ahí me bañé y me cambié, me puse mi playera de Holanda que curiosamente tiene el número 5, el del ahora legendario capitán Giovanni Van Bronckhorst, lateral que se retiró del futbol una vez terminado el mundial de Sudáfrica 2010. Ese día Holanda ganó 3-2 la semifinal a un Uruguay que vendió cara la derrota pero que tampoco estaba como para ser alabado tanto como lo alabaron; el juego no fue tan divertido como el marcador podría anunciar, al contrario, hubo momentos en el que se hizo tedioso, pues ni los de naranja ni los de azul traían el futbol más vistoso que hubiéramos visto, de hecho siempre apostaron a resultadismo. Cumplidos 95 minutos de juego Holanda llegó a la gran final de la copa del mundo después de 32 años de no hacerlo y ahí todos conocemos la historia, traicionaron su estilo, apostaron a pegar y destruir el juego contrario y eso les costó una muy merecidísima derrota. Ni modo, así es el futbol, así es la vida.

Mi prima de 11 años con la que crecí desde niño, con la que convivía del diario y a la que se podría decir, fue la primera que “crie” de toda la “camada” de primas que llegaron más adelante, tenía casi 4 meses de haber fallecido, fue una etapa muy difícil para mí; lo sigue siendo, claro, pero uno aprende a vivir con eso, a sobrellevarlo; en ese entonces yo no podía imaginar una vida sin ella, fue algo muy duro. Sus padres, devastados por la partida de su única niña, entraron a un tratamiento y 12 meses más tarde tienen el doble de tarea, pues ahora gozan de la alegría y de esa nueva oportunidad que la vida les dio, ya que unos gemelos llegaron a darles paz, tranquilidad y sobre todo ilusión a estas personas que tanto lo merecían, de hecho, a la familia en general, algo muy difícil de imaginar cuando trataba de distraerme de la realidad mientras veía ese Holanda- Uruguay.

Luego falleció mi abuelito, eso a fechas más cercanas, una persona a la que también estaba acostumbrado nos dejó, dolió su partida, aunque fue mucho más comprensible dado que ya había logrado una vida, forjado una familia, hecho lo que debía de haber hecho y dejó su legado con todos nosotros, las personas que lo conocimos y que convivimos con él día con día, mes con mes y año con año, aún recuerdo que ese día me preguntó: “¿Y a quién le vas? ¿A los de naranja o a los de azul? ¿Están jugando en México?” yo sólo reí, pues durante el mundial diario me preguntaba que si estaban jugando aquí, así pasa cuando comienzan a perder la memoria.

Me dice mi hermana hace poco en tono de burla: “estoy feliz porque mi hermanito ya tiene amigos”, y es verdad, por primera vez en mi vida creo que tengo amigos, no me malinterpreten, no es que no valore a las personas con las que he pasado el tiempo con anterioridad; el problema es que yo era una persona muy cerrada que dejaba los amigos en la escuela y no los involucraba en mi vida más personal, aquí aplica la de “No eran ellos, era yo”. Tengo amigos a los cuales aprecio un montón, por primera vez salgo con ellos, vienen a mi casa, hacemos cosas juntos, pareciera que todo es color de rosa en cuanto a mis amistades, y es chistoso porque no estoy acostumbrado a algo así, quizá es una de las tantas razones por las cuales los valoro hoy más que nunca a todos y cada uno de ellos, no sé si la vida después nos separe, supongo que sí y no porque quiera, sino por más que uno sea optimista, así pasa en la vida, pero por lo menos hoy, en este momento de mi vida, en el contexto de la amistad, como diría una frase de Eternal Sunshine of the Spotless Mind, “estoy justo donde quiero estar”.

Mientras se discutía que si Van Persie estaba en fuera de lugar o no en el 2-1 parcial de la oranje, lo que menos me pasaba por la cabeza era ensayar con mi grupo, tenía casi un año de no hacerlo; hoy estoy regresando a los ensayos, probablemente toquemos a finales de mes y sea nuestro regreso triunfal a los escenarios después de casi dos años.

Don Joaquín se ganó un carro en una rifa y me cedió el chevy, es algo que no creería si no me hubiera pasado, en fin, pasé de andar todos los días en camión y en metro a ahora no imaginarme la vida sin andar en el carro, para bien o para mal, es de esos lujos a los que te acostumbras rápidamente, sólo bastó un año para que pareciera que he nacido en auto.

Terminé una relación de casi 5 años, casi 3 de noviazgo y casi 2 de “amigos”, y pongo amigos entre comillas porque quiera o no, lo que seguía teniendo era una relación, el ser amigos sólo era mero pretexto para seguir saliendo como en pleno noviazgo; no me quejo, no lo cambiaría, no me fue mal, de hecho le agradezco a esa persona todo lo vivido, no tengo nada qué reclamarle, no le tengo resentimiento, pues no tengo por qué; simplemente se terminó, fue una gran experiencia de vida donde creo que ambos aprendimos muchas cosas, pero una vez aprendidas, fue tiempo de seguir adelante, ¿lamentarme? No hay nada por qué lamentarse, ni que fuera Stekelenburg después de haberse comido el momentáneo empate de Uruguay a manos de Forlán.

Y entonces llegó la señorita Omelette, con quien en casi un año y medio desde que le empecé a hablar compartí los momentos más grandiosos, los más bizarros y los más difíciles que me han tocado en una “relación de pareja”, pasé de vivir en la lela total, en el paraíso de los sentimientos, hasta una montaña rusa de emociones en la cual ni siquiera yo sabía cómo me sentía, hasta descender a lo más bajo de la tristeza y melancolía; pero que a final, volvemos al mismo punto en el que partí con la culminación de la relación anterior, uno aprende a reconciliarse con el mundo, con la vida, y terminó siendo otra gran experiencia con la cuál aprendí muchísimo, le agradezco muchas cosas, pues al final, maduré emocionalmente de una manera que ni siquiera me imaginaba cuando sentía amor hacia el futbol al observar cómo Robben ponía ese 3-1 que parecía terminar por enterrar a los charrúas en aquella semifinal.

Me falta sólo un año para culminar la carrera, la verdad casi no hablo de ello porque realmente no ha supuesto gran reto para mí, si bien no ha sido así como pan comido, tampoco es para decir que la universidad me ha tenido ajetreado, muchas veces he pensado que la escuela ocupa un segundo plano en mi vida, pues me la he llevado tan tranquila, que poniendo el mínimo de esfuerzo y sin haberle echado realmente ganas, o el fua como ahora se le llama, llevo 9 de promedio y no debo ninguna materia; muchos me han dicho que debería de echarle más ganas para subir de promedio, pero la verdad a estas alturas ya me da hueva, no me importa subir más de promedio, ¿conformismo?, probablemente, pero lo que me interesa es ya terminarla, pues ahora me encuentro mucho más cerca que hace 1 año mientras estaba sentado en la sala con mi playera del capitán Gio.

La vida no ha sido fácil, pues nadie dijo que lo fuera, tampoco me voy a hacer un mártir y a decir que sufro y sufro porque pues no, hay personas con mucho más problemas, sólo que viendo en retrospectiva me he dado cuenta que tal y como nos enseña Being John Malkovich, en un año pareciera que otra persona vive en tu interior, pero vamos, se trata de vivirla, de disfrutar esos momentos que uno tiene de felicidad, de tristeza, de indiferencia; se trata de estar ahí, de ir a desayunar mixiotes con los amigos, de enseñar a manejar a tu hermana, de ir a cenar con la familia con el 50% de descuento del Vips, de comer Cocos Pizza con las personas que quieres, de hablar con alguien a quien conoces muy poco de 10 am a 5 pm, de jugar una reta mientras no hay clase de administración, de ver la ciudad en las alturas con alguien especial, de gozar los partidos de los Chilakillers sábado a sábado, así pierdan 4 de cada 5 partidos desde hace poco menos de un año que fue cuando nacieron, de todo eso que ya no mencionaré más porque parece una plática motivacional y no es esa la intención.

Sí, es difícil, pero también es padre como diría Beautiful Ride, de Dewey Cox, y al final, cuando menos te lo esperas puede salir algo tan magnífico como ese inesperado golazo de mi capitán, que a la larga lo considerarían el mejor gol de aquel mundial, así ¡que feliz aniversario a todos ustedes!, ¡feliz aniversario querido Giovanni Van Bronckhorst!


Veremos qué nos espera dentro de un año, por lo mientras, gracias por su atención.